Alberto de Frutos

Alberto de Frutos Dávalos

Nací en Madrid en octubre de 1979. A los trece años, gané un concurso de narrativa en el colegio en el que cursé mis primeros estudios. El premio consistía en una tableta para el crecimiento, así que, sin solución de continuidad, me matriculé en la Universidad Complutense de Madrid, donde me licencié en Periodismo en el año 2002.
Dedicaba allí mis ratos de ocio a la lectura, así como a la aturdida caligrafía de poemas y cuentos. En ese ambiente universitario, publiqué mis primeras obras, como el poemario
Selva de noviembre (premio Blas de Otero, 2001), algunos de cuyos poemas fueron traducidos al polaco.
Tras obtener la licenciatura, emprendí los estudios de Relaciones Internacionales y de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, y trabajé con distintas becas en varios organismos públicos, dando a la imprenta nuevas obras avaladas por otros tantos galardones. Con el libro
Réquiem, que seguía los movimientos de la obra póstuma de W. A. Mozart, recibí en 2003 uno de los premios del certamen internacional de poesía Ciudad de Dueñas.
Durante varios años, formé parte de la red de Arte Joven de Madrid y ofrecí numerosos recitales poéticos en bibliotecas y otros centros culturales. Gracias a esa colaboración, algunos de mis poemas fueron recogidos en una antología preparada por la editorial Hiperión.
En 2005 participé en el lanzamiento de la revista Historia de Iberia Vieja (ed. América Ibérica), especializada en Historia de España y de la que actualmente soy redactor jefe. Además, ejerzo como crítico literario en la agencia cultural Aceprensa, mantengo la sección El paseante invisible en la revista Turismo Rural y colaboro con otros medios, tanto en la red como radiofónicos.
Durante estos últimos años, la prosa ha ido ganando terreno a la poesía en mis preferencias literarias. En 2007 publiqué la novela breve
El beso de la señora Darling (ed. Hontanar) y recibí, entre otros, los premios Fernando Quiñones de relato (Cádiz) y el de El País-Aguilar de relatos de viajes, por Una irlandesa en la Santa Croce, que fue publicado por el diario El País. Desde entonces y hasta hoy, los premios, que rebasan ya la friolera de sesenta (estoy poco menos que en edad de jubilarme) se han acumulado en las baldas de la estantería.
La soledad dejó de ser perfecta, que recoge lo mejor de mi producción cuentística, constituye mi segundo libro de relatos, tras el éxito de Utopías. Crónicas de un futuro incierto, que vio la luz en el año 2008 de la mano del sello vigués Cydonia.

Libros talenturosos

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